Louis Vuitton: Men Show Fall Winter 2019/20
Imagina un niño nacido en la década de 1950, criado en los humildes alrededores de Indiana. Imagina que ese niño cincuenta años después, se convierte en el símbolo de unidad más reconocible y universal del planeta. Una vez hubo un niño, que vio la naturaleza humana que todos damos por sentado con diferentes ojos y la transformó en las ideas más cautivadoras de la Tierra. Un niño cuyo prodigioso talento lo catapultó a una fama sin igual; cuya infancia, adolescencia y edad adulta se desplegaron ante los ojos del mundo.
Siempre estuvo presente: una referencia viva, que respira y que evoluciona gradualmente para lo personal. Desarrollo experimentado por cada ser humano. Pero este chico era más grande que la vida. A través de su fascinante teatro, reunió a sus audiencias de todo el mundo en todas sus diversidades, dándoles un único faro con el que todos podrían relacionarse. Su arte existía en un nivel accesible para todos, se basaba en entidades familiares para todos, pero superaba con creces el impacto social de cualquier otro artista. Moviéndose a través de las etapas de la vida, como lo hacemos todos, se vio obligado a alterar constantemente la realidad. Un paso se convirtió en una danza que desafiaba a la gravedad, un suspiro se convirtió en un latido palpitante, y cada objeto normal a su alrededor estaba dorado con una nueva luz. Su único privilegio inicial fue su talento: una capacidad sobrehumana para elevar la vida cotidiana y dar un nuevo significado a sus componentes.
A través de su ingenioso lente, un guardarropa ordinario compuesto por los alimentos básicos que todos conocemos se convirtió en extraordinario; Cada chaqueta, guante, calcetín y sombrero se han convertido en un instrumento de asombro. Desde la envoltura de la infancia hasta las siluetas de la adolescencia, la comprensión de la vestimenta del niño evolucionó en una plataforma pública. A lo largo de su vida, el niño estableció un vestuario a la vez fuera de este mundo y familiar para todos. Su vida se convertiría en el único estudio registrado de la sensación de vestir de un hombre desde la adolescencia hasta la etapa adulta en un escenario mundialmente observado. Pero este niño se convertiría en un ejemplo de multiplicidad mucho más allá de su propio control.
Al madurar frente al mundo, su aspecto se volvió notablemente diferente con la edad. Por el destino, y su sentido de identidad progresivo, se convirtió en un fenómeno culturalmente indefinible: una maravilla universalmente identificable: cada persona en la Tierra podría reflejarse en él. Todos los niños y adultos aplaudieron por él. Años luz antes de su tiempo, el niño inspiró una revolución cultural que aún hoy reverbera. Ese niño una vez caminó entre nosotros. Michael Jackson estuvo aquí.